La importancia del sueño para prolongar la vida y la salud

 

Experimentar un sueño reparador marca una diferencia abismal en nuestra vida, teniendo un impacto inconmensurable en nuestro bienestar general.

El deseo de dormir bien es una de las aspiraciones más anheladas por todos. Numerosos estudios han revelado que dormir lo suficiente no solo prolonga nuestra vida, sino que también aumenta nuestra felicidad de manera equiparable a ganar la lotería.

Siguiendo estas pautas, respaldadas por investigaciones científicas recientes, podremos disfrutar de días llenos de energía y noches realmente felices.

Recetarse un sueño más saludable es una necesidad biológica para los adultos, quienes requieren entre siete y nueve horas de sueño cada día. Lamentablemente, el 66 por ciento de las personas no suelen cumplir con este requisito vital. Las consecuencias de esta mala costumbre van más allá de simplemente sentir cansancio al día siguiente; a largo plazo, puede desencadenar problemas como depresión, obesidad, diabetes, ictus, infartos, Alzheimer y cáncer. El doctor Matthew Walker, de la Universidad de California, Estados Unidos, en su nuevo libro "Por qué dormimos", describe la falta de sueño como una epidemia silenciosa, el mayor desafío de salud pública en este siglo. Es por eso que algunos científicos están presionando para que los médicos "receten" más horas de sueño. La clave para un tratamiento exitoso radica en establecer una rutina regular de descanso y vigilia. Además, es aconsejable evitar medicamentos que puedan interferir con el sueño, como ciertos fármacos para el corazón, la presión arterial o el asma, así como algunos remedios para resfriados, tos y alergias. En caso de que sea necesario el uso de medicamentos, siempre es recomendable hablar con el médico para explorar alternativas.

Para aquellos momentos en los que debemos dormir fuera de casa, es común experimentar lo que se conoce como "cerebro en vigilia", donde una parte de nuestro cerebro descansa menos que la otra debido al entorno desconocido. Aunque esta adaptación tenía sentido ancestralmente, en la actualidad puede afectar negativamente nuestro descanso durante los viajes. Para mitigar este fenómeno, es útil hospedarse en el mismo lugar durante toda la estancia y reservar habitaciones similares en cadenas hoteleras si se viaja a diferentes destinos.

Alimentar nuestros sueños es esencial para mantener un equilibrio emocional y cognitivo. Se ha descubierto que soñamos no solo durante la etapa de Movimientos Oculares Rápidos (MOR) al final del ciclo del sueño, sino que también experimentamos retazos de sueños en otras etapas. Sin embargo, los sueños más emotivos, detallados y activos emergen durante el MOR. La falta de esta fase de sueño puede tener consecuencias perjudiciales, como afectar nuestro estado de ánimo, aumentar la sensibilidad al dolor y aumentar el riesgo de diversas enfermedades. El consumo de alcohol y ciertos medicamentos, como las benzodiacepinas, puede perturbar el ciclo del sueño y comprometer la experiencia de soñar. Por lo tanto, es esencial fomentar un sueño de calidad y evitar el uso excesivo de estos productos.

Combatir el insomnio crónico es esencial para nuestra salud mental y física. En muchos casos, el insomnio se debe a malos hábitos, creencias equivocadas o patrones de pensamiento poco útiles, que pueden corregirse a través de terapia cognitiva conductual (TCC). La TCC-I, diseñada específicamente para el insomnio, ayuda a identificar y enfrentar la causa raíz del problema. Esto puede implicar aprender técnicas de relajación, ajustar nuestro estilo de vida e incluso aprender a dejar de preocuparnos y dejar que el sueño llegue de manera natural. La TCC-I ha demostrado ser un tratamiento exitoso y seguro, sin los riesgos asociados con medicamentos para dormir.

Dormir adecuadamente va más allá de evitar los efectos negativos. La ciencia ha demostrado una amplia gama de beneficios asociados a dormir aproximadamente ocho horas por noche, como mejorar nuestra capacidad para leer expresiones faciales, fortalecer el sistema inmunitario, reducir la ansiedad por comer alimentos dulces, aliviar el dolor crónico, promover un enfoque más cauteloso ante los riesgos y disminuir la inflamación.